Switzer el irreverente

El 10 de diciembre de 1995 ocurrió algo que sólo en los juegos de video sucede. Un entrenador (que en los videojuegos no es más que el que maneja en control) decidió jugarse una cuarta oportunidad dentro de su yarda 30 y vaya resultado.

Para nadie es secreto que el jugarse una cuarta oportunidad es síntoma de muchas cosas, una de ellas puede ser que no confías en tu defensiva, situación que no aplica en este caso ya que Barry Switzer tenía una de las mejores defensivas de la liga en 1995, otra es que menosprecias al rival, sobre todo a su pateado, cosa que en este caso pudo haber sido el motivo y una última causa puede ser la irreverencia, que también pudo haber sido el motivo.

Los Vaqueros de Dallas llegaron a este juego de la semana 15 contra la Águilas de Filadelfia con un muy buen record de 10-3, ya en diciembre estaban más que calificados a la postemporada. Era ya el último cuarto del partido ante Filadelfia, los Vaqueros ganaban 17 a 14 cuando se toparon con la situación de cuarta y una en la dentro de su yarda 30. Switzer mandó a su ofensiva a que se la jugaran y falló. Afortunadamente para él y para su Vaqueros los oficiales habían marcado la llegada de la pausa de los dos minutos y anularon la jugada.

Me imagino que varios aficionados de los vaqueros en sus casas descansaron al ver que se había anulado la jugada. Desafortunadamente para estos aficionados, y para su sorpresa justo cuando la televisora regresó de la pausa comercial se dieron cuenta de que Switzer se la iba a volver a jugar, el resultado de esa jugada ya dentro de los últimos dos minutos del partido fue de “Turnover on downs” puesto que los Vaqueros volvieron a fallar. Lás Aguilas batallaron contra la defensiva de los Vaqueros pero con la inmejorable posición de terreno consiguieron un gol de campo de Gary Anderson que empataba el juego.

Las Águilas terminaron ganando el partido 20 a 17 y se pusieron con record de 9-5 y la victoria que vino como regalo de navidad anticipado de Barry Switzer les ayudó a avanzar a la postemporada donde se volverían a encontrar a los Vaqueros solo que ahora los pupilos de Switzer ganaron el desafío en la ronda divisional apaleando a Filadelfia 30 a 11 y le serviría a los Vaqueros como una paso más en su camino a ganar el Superbowl XXX derrotando 27 a 17 a los Acereros de Pittsburgh.