Era una fría mañana de marzo, la oscuridad todavía estaba cubriendo el cielo de la ciudad de Baltimore cuando debajo de una gran nevada varios camones de la empresa Mayflower salieron del Memorial Stadium de esa ciudad para ir a una nueva casa.
Pero no era cualquier familia la que se iba a mudar, era una familia de jugadores que a partir de la siguiente temporada dejarían de ser parte de esa ciudad.
El dueño de los Potros de Baltimore Robert Irsay ya había cerrado un trato que cambiaría de sede a una de las franquicias más exitosas de la NFL. Los Potros de Baltimore serían a partir de 1984 los Potros de Indianápolis.
Fue la mañana del 28 de marzo de 1984 cuando los Potros dejaron la casa donde Unitas, Berry, Mackie, Ameche entre otros habían crecido, pero no sólo como jugadores, sino crecido en el corazón de los aficionados, que aún ahora recuerdan trágicamente la salida del equipo de su ciudad.
La salida de los Potros de la ciudad de Baltimore podría ser una de las mayores traiciones que un dueño ha tenido para con los aficionados, posiblemente solo comparada con la traición de Art Modell cuando desapareció a los Cafés de Cleveland para convertirlos, irónicamente, en los Cuervos de Baltimore.
Baltimore había ganado dos campeonatos de la NFL previos a la era de los Super Tazones (1958, 1959), un campeonato de la NFL previo a la unión con la AFL (1968, el cual le dio derecho a jugar el Superbowl III que perdieron contra los Jets) y un Superbowl (Temporada de 1970), después de la salida del equipo rumbo a Indianápolis tuvieron que pasar 22 años para que los Potros ganaran un título en esa ciudad.
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