
El partido contra San Francisco fue un juego de contrastes para el mariscal de campo de Nueva York Phil Simms. Cuando finalizó la contienda, Simms tan sólo había completado 9 de 19 envíos para 136 yardas, lo sorprendente es que 4 de esos 9 lanzamientos fueron para anotación.
Algo todavía más sorprendente fue lo que le pasó a un receptor de San Francisco que hoy es recordado como el mejor receptor en la historia del juego. Cuando algún receptor hoy en día escoge usar el número 80, no falta quien se acerque y le pregunte si es en honor a Jerry Rice, muchos por supuesto contestan que sí.

Los oficiales marcaron un “touchback” los Gigantes tomaron el balón. De haber anotado en esa recepción, Rice, que estaba en su segundo año como profesional, hubiera abierto el camino para los cuarentaynueves y la historia pudo haber sido diferente.
Los Gigantes ganarían el título de la NFL con una gran actuación de Simms en el Superbowl y los curentaynueves tuvieron que esperar dos años para ganar su segundo Superbowl en la historia.
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